Castella, Adame y Aguilar se reparten cuatro orejas en Aguascalientes

El diestro francés Sebastián Castella y los mexicanos Joselito Adame y Mario Aguilar, éste último que tomó la alternativa, se repartieron cuatro orejas en la segunda corrida de la Feria de "Las Calaveras", celebrada el domingo en la Monumental de Aguascalientes, centro de México.

Con magnífica entrada, más de tres cuartos, se lidiaron seis toros de la ganadería de Bernaldo de Quiroz, y dos de regalo: el séptimo de Teófilo Gómez y el octavo de El Junco.

En los de la divisa titular ha habido de todo; destacó el corrido en cuarto lugar, un toro con calidad y buena clase, los otros cinco han cumplido, unos más que otros. También fueron buenos el de Teófilo Gómez y El Junco.

Castella, una vez más mostró el sitio que tiene, la afición que posee y que defiende su título de figura ante todo; muy bien en el segundo de la tarde con una faena entendida, torera, para saludar desde el tercio. Al cuarto lo cuajó con un buen trasteo que convenció a todo el mundo para matar de estocada y cortar las dos orejas ante el júbilo general.

Y no conforme regaló el séptimo con otra labor torera, inteligente, llena de profesionalismo y de recursos para entender al toro; pinchó una vez antes de la estocada pero el público lo sacó al tercio con una prolongada ovación.

Joselito Adame no tuvo un lote muy potable. Se mostró voluntarioso y decidido en todo momento para realizar dos trasteos, en el tercero y el quinto que el tendido le respondió y como mató pronto, saludó desde el tercio en cada uno de ellos.

En el octavo de regalo, se lució con el capote, cumplió en banderillas y la faena tuvo momentos de calidad. Mató de pinchazo y estocada para cortar una oreja con la aprobación de la afición.

Aguilar, con el toro de la alternativa, el primero de la tarde, estuvo enorme con el capote; con la muleta faena por momentos de calidad porque el toricantano tiene clase y empaque, que el público le festejó con entusiasmo, y como mató de estocada, obtuvo la primera oreja de la tarde.

Con el sexto también tuvo momentos en que mostró su sentido de la distancia y el temple y que caló mucho, lástima que se puso pesado con el acero para escuchar un aviso pero el público lo despidió con una ovación. (EFE)

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