Más Cornadas da un Chango
Por el Monosabio
¡Quihubo raza saltillera¡ ya llegó su pipiripau andaluz, un chango muy mono que no se deja dar coba y que, en cambio, gusta de tirar cornadas con singular alegría, con sus cuentos, diretes o largadas que les estaré penando en este afilado espacio. Ya probarán ustedes lo “gatoso” que soy.
Y para los que no chanelan, mascullan o chamuyan mucho de esto, del caló propio de los gitanos y de los que andan en este cuento del toro, les explicaré lo que es ser “gatoso”.
Imagínense que su peor enemigo les aventara en la mera geró (cara) un machicó (gato), un misifús hambriento, uraño y receloso, como esos cabezones y bigotones del mercado de abastos, luego de haberlo tenido guardado de un costal por largo rato.
¡Uf! les dejaría la face como mota de porrista, como carne deshebrada pa’ tacos o como falda de hawaiana. Eso es justamente cuando alguien lanza una hablada, una largada, un chisme muy “gatoso” o simplemente un “gato” simplón. Esos que hacen más daño que una cornada en la femoral o en la yugular.
Pues así mero serán los comentarios de mi menda (yo), con dedicatoria a quienes se hayan ganado, con querer o sin querer queriendo, uno de mis felinos comentarios. Pero ni se apuren tanto, que mis “gatos” no serán tan astifinos. Los “gatos” que lanzaré estarán despuntados como pa’ rejoneador.
Pero eso sí, para estar enterado de todo tengo a mis corresponsales “gatosos”, quienes me pasan todos los chismes, enrredijos, verigüetos y novedades del mundillo taurino, de aquí, de allá y acullá.
Por ejemplo, ahí tengo a unos muy gatosos como Esteban Dido, Esmor Delón, El Gato Zote, El Gatorero, Don Agudo de la Garra, Serapio Jozo, Helodio Sito, Delfino Colmillar, Soyla Dina, Aquiles Raho y Zacarías Luña; del extranjero a Mr. Dean Gora, Tinco Lagarra, Mirringo Star y Micol Millón, y a mi inseparable reportera Soysi Amés. Ellos están repartidos por todas las latitudes del mundillo taurino.
Así que agárrense las enaguas y amárrense los machos que aí les voy.
Paracaidistas
Pues ahora que tenemos nuevo presidente del Patronato de la plaza, resulta que, según me reportó mi vocero Esteban Dido, algunos seudosocios, seudoaccionistas y/o advenidizos andan nerviosillos, pues la nueva mesa directiva se puso a revisar quiénes son los usuarios de los palcos de la plaza “Armillita”, pues a la fecha hay muchos que, ante la ausencia de “algún” dueño, dijeron “de aquí soy”, invadieron y se apropiaron a la malagueña de algún palco. Ya hasta cantinas y baños construyeron en unos. Pa’ pistear y despistear sin tener que ir a los desconchinflados baños de la plaza.
Menudos apuros van a pasar algunos cuando les pidan sus contratos, acciones o certificados de propiedad para que comprueben que son los dueños.
Se me hace que no pocos se van a quedar encuerados y sin calzones, o sea, al descubierto y se van a tener que ir al tendido con la raza. Pero, pos no le aunque, al cabo arriba hay mucho dónde sentarse. Siempre está vacío.
Autoridades ‘influenzadas’
Ahora que ya tendremos en Saltillo una nueva empresa, que según dicen ésta sí es de chipén (de calidad), que traerá carteles de primera, a ver si aprovechan las autoridades municipales para poner orden, con el Reglamento Taurino en mano, pues mucha falta que hace para darle realmente categoría a la plaza.
Espero que no vayamos a empezar con abusos, incumplimientos y flexibilidades por parte de las autoridades. No estaría mal, por ejemplo, que investigaran que los toros no traigan charipei, cuerniquiur o les hayan recetado el tratamiento del afamado doctor Simi, “lo mismo, pero más barato”.
No vaya ser que nos den gato por liebre, o gato por langosta. Eso sería pior…
Y hablando de gatosidades y de la nueva empresa, ahora voy a tirarles una cornada mogona, de las que no hacen daño, pues habrá qué felicitar a los nuevos administradores de la plaza que ya le están dando una manita de gato a la “Armillita”. Enhorabuena, mano.
Qué bueno, porque antes nada mas venían las empresas fuereñas a manosearla y ni siquiera una propinita le dejaban. ¡Andan largando que hasta la van a techar!, sabe…
Ciberpetardo
Pues ahora sí que no me puedo creer lo que me contaron. Deveritas que no sabe uno si ponerse a llorar o a reír.
Resulta que me cuenta mi corresponsal Helodio Zito, que la casa editora VANGUARDIA se ofreció y desplegó recursos para transmitir la corrida del pasado domingo por Internet, en alianza con la empresa telefónica Axtel, y todo estaba listo y dispuesto cuando aparecieron ciertas personitas a tirar todo por la borda con su burocracia y canibalismo.
Y ni siquiera se imaginan ustedes a quién me refiero. No, no hablo de los toreros Fernando Ochoa, Arturo Macías o Israel Téllez, no. Ellos estaban de acuerdo a que se transmitieran las imágenes de la corrida para que los vieran en cualquier parte del mundo. Ni tampoco fue la empresa Espectáculos Taurinos de Saltillo y Promotoreando, que en un momento dado bien pudieron pedir regalías por tratarse de su espectáculo. Pues no, tampoco fue el ganadero, ni las autoridades. ¡Fueron los subalternos! ¡Sí!, los directivos de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros lo que querían un parné -20 de a milanesa- disque porque también iban a aparecer en la transmisión, como si estuvieran muy rechulos y tuvieran derecho a cobrar ¡por imagen!
Hágame usted el refabrón cavor- como dice el ilustre cronista de Saltillo, Armando fuentes Aguirre “Catón”-. Los banderilleros, ese grupo sindicalizado que forman parte importante dentro de la industria de los toros en México.
Uno entiende que cuando una figura como José Tomás, quien hoy torea en la Plaza México y puso como condición no transmitir la corrida por televisión, o Julián López “El Juli”, quien hoy torea en Saltillo, puedan pedir un parné por dejarse tomar película, porque ellos son las figuras, los que arrastran públicos que descargar sus bolsillos en las taquillas, pero ¿los banderilleros?
¿Cuándo, estimado gatoso lector, ha usted oído que una persona va a una corrida por ver a tal o cual banderillero?, ¿o que paga boleto para ver a tal o cual picador? Nunca ¿verdad? Porque los protagonistas son el torero y el toro, y tan, tan. Pues ahora resulta que ellos se sientes los protagonistas de la fiesta disque porque también se la juegan.
Huy sí, cómo no. Cuando ve uno que el 80 por ciento de los miembros no están ni en facultades físicas, estéticas y taurinas para cumplir con su trabajo es mejor no transmitir nada para no evidenciar los petardos que pegan. ¡Qué vergüenza que vieran por Internet en España, Francia, Venezuela, China o Japón la calidad de nuestros subalternos!
Claro que hay sus honrosísimas excepciones, tenemos en México grandes banderilleros, picadores y puntilleros. Maestros, figurones, pero me sobran dedos, y eso que yo nada más tengo cuatro dedos en cada manopla, para mencionarlos y quitarme mi gorrita torero mostrándoles mis respetos.
¿Pero, y el resto?, aquellos que apenas caben en la taleguilla de lo gordos que están?, ¿aquellos que se pegan tremendas espantadas apenas un toro- aclaro… toro- les mueve una oreja?, ¿aquellos que por su edad o sus condiciones físicas ya no son aptos para cumplir sus funciones para con su patrón, el matador?, ¿aquellos que montados en un muralla con rienda se ensañan despedazando a un toro bravo que los ha tumbado?, ¿A poco esos tienen derecho a cobrar por su imagen?
Híjole, qué poca abuelita, o más bien, qué sin vergüenza. De verdad que eso es tristeza y no las canciones de José Alfredo Jiménez. Síganle taurinos, síganle acabándose la fiesta para beneficio de unos pocos- sindicalizados y empresarios monopólicos-, y en perjuicio de la mayoría que aman la fiesta de los toros.
Prefieren apañarse 20 mil pesos a mansalva, sin merecimiento alguno, por una transmisión por Internet, que dejar que los medios de comunicación inviertan, sin pedirles siquiera parné a ellos, para promocionar a la alicaída fiesta de los toros.
Imagínense cuánta gente, en cualquier parte del mundo, especialmente aquellos que no son muy taurinos, pudieron haber visto el triunfazo de Israel Téllez, quien indultó a un excelente toro de Jesús Cabrera. O la extraordinaria faena de Fernando Ochoa o la enjundia que le puso “El Cejas”.
No, pero pos nada más la vieron apenas mil personas que se animaron a gastar su dinerito para ir a la plaza. ¿Y los 20 millones de personas que tiene acceso a Internet en México?, no, pos ellos ni se enteraron, claro, porque mejor se pusieron a ver video en youtube que ver la corrida por www.vanguardia.com.mx.
No les ha caído el veinte de que la gente no está metida en la fiesta, y que los medios de comunicación y los patrocinadores tampoco porque no hay negocio con los toreanderos. ¿Pero creen que por su linda cara las empresas informativas van a pagar 20 mil pesos por lucirles sus petardos en Internet?
Bueno, ya me voy porque me están saliendo más bigotes de puro coraje.
Dice un refrán judío, en donde jamas no jiñes, o para que me entiendan, no defeques en la batea en la que comes.
Ahí síganle, señores taurinos… ahí síganle, hasta que se acaben la fiesta. Allá ustedes.
Bueno, ya mejor me voy porque me estoy encastando. Voy a echarme unos alipuces, chatos, tancuarnices, anicetos, tlachicoles, chíngueres y tonayazos para amorcillar un poco a mis “gatos” y tenerlos descansaditos para la próxima.
Y recuerden que entre calé y calé no se vale remanguillé.
Reclamos, mentadas, réplicas y gatosas reviradas, por favor enviarlas a:
elmonosabiodesaltillo@gmail.com.mx
1 comentarios:
Por que ya no escribiste? Esta buena la columna... o ya no encontré más? Saludos
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