Foto: VANGUARDIA/EFE
El novillero japonés Taira Nono ve lejano su sueño de convertirse en el primer torero japonés de la historia al no disponer del dinero necesario para seguir preparándose para su alternativa y porque ya está a punto de cumplir 40 años.
En entrevista, el novillero, que debutó con picadores el pasado domingo en la localidad andaluza de Torremolinos (sur), reconoció que su futuro es "incierto", porque sigue sin apoderado y aún no tiene contratado ningún festejo para el resto del año, por lo que no ve "nada claro" si se doctorará ni si seguirá luchando.
"También sé que por mi edad debería empezar a pensar en retirarme, pero voy a seguir adelante porque quiero demostrar que esto del toreo lo llevo dentro", afirma.
Lo que sí sabe es que quiere tomar la alternativa en la Plaza de Toros de Huelva (suroeste), la ciudad a la que llegó casualmente hace doce años con el firme deseo de convertirse en matador pero sin conocer la cultura española ni el idioma.
De conseguirlo, sería el primer nipón matador de toros ya que su compatriota conocido como "El Niño del Sol Naciente" vio truncada su carrera en 1995, cuando siendo novillero, fue embestido y sufrió la parálisis de la mitad izquierda de su cuerpo.
Cuando Taira Nono comunicó a su familia que quería ir a España a ser torero, "se sorprendieron mucho" porque en Japón es una tradición muy desconocida, aunque al final apoyaron su decisión.
"Trabajaba como vendedor de pescado en un mercado -relata Nono- cuando vi en televisión un reportaje sobre toros y me emocioné mucho, sentí una llamada muy especial y supe que quería ser torero".
En 1997 hizo las maletas y viajó hasta Madrid, donde nada más aterrizar compró una revista taurina en la que se anunciaba un festejo en Lucena del Puerto (Huelva), adonde se dirigió y trabó amistad con novilleros que le introdujeron en ese mundillo.
Fue a vivir con una familia humilde, consiguió trabajo como recolector de naranjas para ganarse la vida y se compró un novillo con el que dio sus primeros pases y aprendió a torear.
Su debut como novillero llegó, al fin, el 17 de octubre de 1999, día en que saltó al ruedo en el coso de Huelva vestido con un traje de luces prestado y del que conserva como recuerdos la oreja que cortó y la luxación de hombro que le produjo una cogida y que aún sufre porque siguió toreando y no se quiso operar.
Pero su gran día llegó en 2002 cuando, en medio de la celebración del centenario de inauguración de la Plaza de Huelva, el nipón saltó al ruedo como espontáneo y logró llamar la atención de los aficionados y medios de comunicación presentes.
A partir de ese día, consiguió contratos hasta los cerca de 25 festejos que lleva toreados, si bien reconoce que su carrera "no ha sido nada fácil", ya que en 2007 y 2008 no actuó ningún día porque no tenía apoderado y no podía poner de su bolsillo "todo el dinero" que le pedían para torear.
Taira Nono sigue sin mentor y, aunque conserva intacta su ilusión, reconoce que hay "muchos" chavales que quieren ser toreros y deberá torear mejor que ellos, "aunque será difícil" si no tiene oportunidades.
Nono es un personaje muy conocido en Huelva y más desde que en 2007 se casó en la plaza de toros, y en presencia del embajador de su país, con una japonesa que se enamoró de él al verlo en un programa de televisión y con la que vive en la región de Andalucía.
Mientras espera que alguien le tienda "una mano" para poder cumplir su sueño, Nono sigue entrenándose sin saber muy bien si algún día regresará a su país o se quedará definitivamente en España. (EFE)
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