El torero mexicano Arturo Macías, dolorido aún por la cornada grave que sufrió en La Maestranza este martes, está feliz por la repercusión que ha tenido su actuación.
"Me quedé quieto porque era lo único que cabía. Ahí se dio cuenta todo el mundo que no vine a España de vacaciones".
Macías, que está a base de calmantes -"Y ni así. Con muy fuertes dolores, pidiendo a cada instante que me suban la dosis, aunque sea un poquitito"- en la habitación 152 de la Clínica Sagrado Corazón, de Sevilla (sur), afronta el percance como "algo que entra dentro del riesgo que se asume de antemano. En esta actividad hay un camino u otro, y ahora tocó éste, que dicho sea de paso también lleva al otro. Hay que saber esperar, y no desesperar".
Su filosofía es pensar en positivo, y ver sólo el lado bueno. Lo prueban sus palabras al analizar la cornada. "Hubo suerte por la trayectoria que siguió el pitón, hacia dentro y por detrás del fémur. Si llega a ser por delante la cosa cambia a peor. Y además el toro me sacó por encima. Es para estar de enhorabuena".
"El dolor, sí, me trae loco", se queja. Y añade, "es que la cornada está en una zona muy molesta".
No obstante, vuelve a invocar el factor suerte pues "no afectó a músculos ni ningún elemento vascular. Según el doctor Ramón Vila, ha sido un 'cornalón' grande por la extensión, pero, como nosotros decimos, es 'cornada limpia'. Tantito que en veinte días o un mes podré estar entrenado de nuevo. Eso son mis proyectos, con permiso del doctor que me lo aplaza más. Claro que ya pondré de mi parte para acelerar".
"Ojalá pueda estar a punto para mi anunciada confirmación de alternativa en Madrid, el 11 de mayo. Un compromiso muy soñado. Y otras fechas también importantes en plazas de España y Francia. Quiero ser el torero que España lleva esperando un tiempo de México. La historia está llena de toreros mexicanos importantes que triunfaron acá, y voy a pelear por abrirme hueco también", finalizó. (EFE)
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