Miles de pamploneses y visitantes participan esta medianoche en la Plaza Consistorial de Pamplona en el tradicional "Pobre de Mí" con el que se pone fin a los Sanfermines 2009.
Foto: Vanguardia/EFE
Los Sanfermines concluyen este martes con el canto de despedida "¡Pobre de mí!" tras nueve días de fiesta, ensombrecida este año por la muerte de un joven corredor de los encierros corneado por un toro.
La parte más dramática de estas fiestas, las más populares e internacionales de España, se vivió el pasado viernes, en el cuarto encierro, cuando un toro de nombre "Capuchino" hirió mortalmente en el cuello a un joven español de 27 años, Daniel Jimeno Romero, que participaba en la carrera.
Con su muerte, son quince los fallecidos en la actividad más famosa de los Sanfermines, los encierros, un recorrido de 800 metros por sinuosas calles del casco histórico de Pamplona en los que decenas de "mozos" corren delante de los toros sin más defensa que su pericia, la buena suerte y, a veces, un periódico enrollado en la mano.
La agridulce jornada de despedida de hoy vivió el último encierro, uno de los más veloces de las fiestas, emocionante aunque poco accidentado, sin que se hayan producido cornadas, aunque cuatro participantes tuvieron que ser trasladados a hospitales con contusiones y traumatismos, ninguno de ellos en estado grave.
Los heridos son un escocés de 50 años que sufrió un traumatismo craneal; un estadounidense de Texas, de 35 años, un francés de 33 años residente en Guernica (España), que sufrió un esguince de rodilla, y un joven español de 18 años.
En total, la Cruz Roja atendió tras el encierro de hoy a 54 corredores, de los que la mayoría (30) sólo han precisado una cura en los puestos de socorro instalados a lo largo del recorrido.
Los astados fueron lidiados luego en la última corrida de la Feria del Toro, por los diestros Morante de la Puebla, El Juli y Miguel Ángel Perera.
Después de que el escritor estadounidense y Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway las popularizara mundialmente con su libro "The sun also rises" (1932), traducida al español como "Fiesta", cada año miles de personas de todo el mundo, muchas de ellas llegadas de países muy alejados de España, visitan Pamplona para vivir los Sanfermines.
Hemingway también lo hizo en varias ocasiones, la última hace 50 años, fecha recordada en la presente edición de las fiestas que vivieron una serie de actos de homenaje al escritor, con la presencia de su nieto John Patrick.
Hubo también un concurso de dobles que ganó el también estadounidense Thomas Grizzard.
Los estadounidenses figuran entre los extranjeros más asiduos a estas fiestas, junto a los franceses, aunque también acuden un gran número de británicos, italianos, alemanes o neozelandeses.
La parte menos lúdica de la fiesta se saldó con 92 personas detenidas, la mayoría carteristas.
La policía realizó además 3.269 pruebas de alcoholemia y tramitó 532 denuncias por orinar en la vía pública.
Y después de ocho días de carreras delante de los toros y de miles de litros de vino y de "kalimotxo" (vino y refresco) consumidos, miles de gargantas entonaran esta medianoche el "¡Pobre de mí!" (Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín), lamento colectivo que cierra los festejo y emplaza a todo el mundo a Pamplona para dentro de un año.
La cita, invariable, será el seis de julio cuando la plaza del Ayuntamiento de Pamplona se vestirá de nuevo de blanco y rojo para honrar a su patrón San Fermín durante nueve días y nueve noches.
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