martes, 14 de julio de 2009

Verbena de orejas, seis, en un vergonzante final de feria



Foto: Vanguardia/EFE


Triunfalista, desmedido y vergonzante fin de feria de San Fermín, con un total de seis orejas cortadas, prácticamente todas fruto de la euforia compartida por el público y el "palco", para sacar a hombros al "Juli" con tres trofeos y a Miguel Ángel Perera con dos, mientras que "Morante" se llevó también una, este martes en Pamplona (norte).

A vueltas con el "afeitado", algo inconcebible en Pamplona y su feria llamada "del Toro". Se había lidiado en la víspera un encierro de Fuente Ymbro con indicios de haber pasado por la indignidad del mueco.

La de Núñez del Cuvillo de hoy, otro tanto. Es urgente que intervenga el Gobierno Foral de Navarra, dado que en esta autonomía hay reglamento propio. Suya es la responsabilidad de que esto se corte o vaya a más. Está en juego una feria santo y seña del espectáculo taurino.

La solución pasa por el análisis de todos, absolutamente todos los pitones de todos los toros que se lidien a partir del próximo año en "San Fermín". Saldría ganando la comisión taurina de "la Meca", institución que en lenguaje piadoso se conoce por Santa Casa de Misericordia, cuyas ejemplares tareas al margen de la organización de corridas de toros no casan bien con este tipo de desmanes.

Porque el altruismo y la generosidad, o lo que es lo mismo, la caridad, que ellos pregonan como fin exclusivo de las millonarias recaudaciones que se hacen cada día en taquilla con la explotación de su plaza de toros, deberían enfocarse desde otros planteamientos, en base a lo que la clientela merece. Lo que ellos ofrecen no está en consonancia con la respuesta del público, verdadero sosten del tinglado.

Una corrida la de hoy desnaturalizada desde su propio significado y trascendencia por su escasa entidad en todo. Corrida impresentable, en el límite de las fuerzas y de la raza, que lejos de aportar, lo que hace es restar.

"Morante" apenas se esforzó con el soso primero, que iba y venía pero sin terminar de humillar. Muchos pases en línea, citando perfilero y dejándose enganchar más de la cuenta. Le dieron una oreja porque Pamplona también es así, por matar a la primera, y porque uno de los pocos pañuelos que afloraron fue el del presidente.

Al cuarto lo toreó bien con el capote. Airosos lances en el recibo y en un quite posterior. Muy arrebujado con el toro en un comienzo de faena a dos manos, sin embargo, punteando el toro en el engaño. No respondió el animal en los cites posteriores, y el trasteo no pasó de voluntarioso.

No dijo mucho el primer toro del "Juli", segundo bis en la tarde, que no terminó de humillar, y al que el torero tampoco bajó la mano lo suficiente. Faena de muchos pases sin ajuste. Faltó asimismo limpieza. La poca clase del toro, correspondida por la vulgaridad del torero. La estocada, eso sí, valía por sí sola la oreja que paseó.

El quinto, el toro más claro con diferencia. Con él se puso "El Juli" el mono de trabajo para torear a destajo en una faena de muchas series, muchos pases, que dejaron poco poso. La plaza había terminado de merendar. La euforia era total. Le dieron dos típicas orejas "de Pamplona".

Perera toreó bien a su primero. Esta fue la diferencia. No fue nada del otro mundo, pero hizo las cosas con temple y limpieza, ritmo y ligazón. Una delicia de toreo en comparación con las trazas de las otras faenas. Lo incongruente es que le dieron sólo una oreja.

Aunque vaya una por otra. Porque todavía tiene menos explicación que le diera una del sexto. Habría que inventar algo como se hace en las carreteras con los conductores para medir la "euforia" de algunos presidentes y sus asesores.

¿A qué viene ese trofeo después de una faena inexistente frente a un manso de tomo y lomo, que estuvo echado dos veces durante el proyecto de trasteo?. Un animal agónico con el que nada tuvo fundamento, y menos "el arrimón" final.

Vaya bajonazo que se ha llevado hoy "la Fiesta" en Pamplona.



FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Núñez del Cuvillo, el segundo como sobrero, escasos de presencia para plaza "de primera", y sospechosos de estar "afeitados", justos de fuerzas y de raza. Toros sin contenido, aunque los seis se dejaron en mayor o menor grado.

José Antonio "Morante de la Puebla": estocada casi entera (una oreja sin mayoría en la petición); y estocada casi entera que termina "tragándose" (ovación).

Julián López "El Juli": gran estocada (una oreja); y media estocada (dos orejas).

Miguel Ángel Perera: estocada (una oreja); y estocada (una oreja).

La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde de calor soportable.

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