domingo, 12 de julio de 2009

Valiente "Rafaelillo", da una vuelta al ruedo que sabe a triunfo

El diestro Rafael Rubio "Rafaelillo" cuajó una importante actuación, de valor y mucha verdad, este domingo en Pamplona (norte), y aunque perdió el triunfo por culpa de la espada, la gran ovación que recibió en su primero y la vuelta al ruedo que dio en el otro, valen tanto como las orejas que pudieron auparle a hombros.

Padilla es torero de Pamplona, y "Rafaelillo" empieza a serlo. El primero tiene un ambiente aquí que ya quisieran otros en las que llaman "sus" plazas.

Al "Ciclón de Jerez" le respalda un importante palmarés de triunfos, también un gravísimo percance, que es cosa seria. Y "Rafaelillo", en la línea de entrega y valor que han marcado sus anteriores actuaciones en Pamplona, ya con una salida a hombros el año pasado precisamente con esta misma ganadería de Miura, hoy a vuelto a reivindicarse como torero "de las peñas" y de la otra parte, "la sombra".

A Padilla le cantaron el "illa-illa-illa-Padilla-maravilla" antes incluso de arrancar el paseíllo. Y él correspondió dando todo y más de su parte. En su primero, variado y lucido con el capote, en dos largas cambiadas en el tercio, y en lances a pies juntos. Puso banderillas con mucha seguridad. Y lástima que en la muleta el toro no se desplazara más y mejor. Puso muchas ganas el torero, pero no hubo forma de robar un muletazo completo, además con el toro a menos.

El cuarto no tuvo lo que se dice ni un pase. Manso en el caballo, se fue suelto las tres veces que lo llevaron. Padilla banderilleó esta vez con menos lucimiento, aunque muy ajustado en el tercer par. En la muleta no pasó el "miura", y en todo caso en un par de amagos de arrancadas, se volvió, y con malas intenciones.

"Rafaelillo", también fajador nato, no se anduvo con remilgos en lo que a entrega se refiere. Todo corazón a lo largo de sus dos faenas.

Larga cambiada en su primero, que blandeó en varas, perdiendo dos veces la vertical. Toro noblón, sin embargo, sin contenido. Le costaba humillar, y pasar. Se frenó las pocas de veces que tomó el engaño por el derecho, mientras "Rafaelillo" aguantó sin rectificar.

En uno de esos frenazos, por no quitarse el torero, el "miura" se lo llevó por delante. La cosa quedó sólo en un susto, pero menudo sobresalto, pues lo agarró por la faja, zarandeándole en el aire durante unos segundos de mucha angustia. Una pena que tanto esfuerzo no tuviera más reconocimiento que la fuerte ovación en los medios. Maldita espada.

Todavía se superó "Rafaelillo" en el siguiente toro, al que volvió a lancear de rodillas, con tres largas cambiadas y dos verónicas antes de ponerse de pie para seguir por chicuelinas. El toro cantó su mal estilo en varas, donde empujó con un solo pitón y "acostado" sobre el peto para terminar también yéndose.

Estremecedor comienzo de faena, "Rafaelillo" de rodillas, tan pequeño de estatura, aunque de grande, muy grande de valor, al lado del "miura" tan descomunal. Simulaba una lucha desigual, dadas también las dificultades del toro, que reponía las embestidas. Pero ganó "Rafaelillo", muy valiente, muy firme y muy de verdad. El valor que todo lo puede aunque no llegara a pasar de los medios pases, más mérito todavía por las tarascadas que tuvo que aguantar.

La espada, otra vez la espada, volvió a fallar. Pero la vuelta al ruedo en esta ocasión, aclamada, vale tanto como el trofeo que no llegó a pasear.

Jesús Millán tropezó en la cara del toro, él solo, cuando proyectaba el primer lance a su primero. Se asustó y a partir de ahí no se supo si realmente el toro era bueno o malo. Contagiada la cuadrilla, hubo pánico en banderillas. Con la muleta no expuso ni un alamar. Breve trasteo sobre las piernas, quitándole las moscas, según la definición castiza. También entró a matar con muchas precauciones.

No mejoró la actitud de Millán en el sexto, aunque aparentemente "lo vendió" mejor. Otro toro que se negó, muy parado. Millán estuvo ahí pero sin pasar de las apariencias, es decir, nada, y eso sin contar el desastre con la espada.


FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Miura, muy bien presentados, y sobre todo muy bien armados, con grandes y astifinas defensas. Nobles y con movilidad los dos primeros, pero sin fondo. El resto, complicados.

Juan José Padilla: pinchazo hondo y estocada (silencio); y estocada en el rincón (silencio).

Rafael Rubio "Rafaelillo": pinchazo y estocada ligeramente contraria y un descabello (gran ovación tras un aviso); y metisaca que dejó al toro medio descordado y un descabello (vuelta al ruedo).

Jesús Millán: pinchazo y media estocada baja (silencio); y cinco pinchazos y media estocada (silencio tras un aviso).

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